Características comunes a todos los estados
Publicado por Álvaro en anarquía, enemigos, política el 6.1.11La estatolatría (la adoración del aparato estatal como un ente sabio cuyo objetivo es proteger al pueblo) es un problema común entre lo que se viene a llamar "la izquierda", cada vez más perdida en unos discursos que refuerzan sobremanera el sistema de dominación. Por supuesto, en este caso el problema vuelve a ser el que tantas veces se da: que en materia de política la gente tiende a aceptar las definiciones clásicas de cada concepto, obviando la realidad práctica del día a día. Ejemplos los tenemos a miles: el PSOE es "de izquierdas", a pesar de que está hundiendo al proletariado con sus reformas capitalistas; lo estatal es igual a "lo público", a pesar de que en ese caso el ejército sería un servicio público; la democracia parlamentaria representa la voluntad del pueblo a través de los cargos electos, a pesar de que casi siempre estos legislen en contra de la opinión mayoritaria (como cuando Aznar fue a la guerra, oponiéndose a los deseos de una mayoría aplastante, incluidos sus votantes). Sencillamente, para el personal es cómodo quedarse con las definiciones que nos han inculcado desde bien pequeños, porque cuestionarlas es entrar en un cenagal de relativismos en los que nada es lo que parece... cosa que a mí me encanta.
Se ha escrito mucho desde los círculos anarquistas en contra del Estado (entendido éste como el aparato legislativo, ejecutivo, judicial, militar, etc. que controla un territorio), y este texto no va a aportar nada nuevo. Simplmente me dispongo a nombrar sucintamente una serie de características que comparten todos los estados que han existido desde el principio de los tiempos hasta el día de hoy, hayan sido imperiales, feudales, republicanos, pequeños, grandes, fascistas, comunistas, socialistas, socialdemócratas..., y además reto a que cualquiera que esté leyendo esto me rebata mis argumentos con un solo contraejemplo. Pues bien:
- La principal función del Estado es proteger a la élite que ostenta el poder. Así es. No importa que esta élite la formen los patricios, los señores feudales, los plutócratas o los burócratas. Cuando hay un Estado hay una élite, y viceversa; ambas cosas siempre van de la mano, y surgen al mismo tiempo y evolucionan juntas. Un pueblo realmente igualitario y libre no necesitaría Estado ni vería la necesidad de crearlo; éste aparece cuando existen desigualdades que necesitan ser mantenidas, puesto que sin un poder coercitivo la entropía de las sociedades tiende a nivelar los estratos sociales de forma natural. El estado romano protegía a los patricios de la ira de la plebe y los esclavos (como ya expliqué en otro texto), y ampliaba su poder para favorecer con riquezas a estos ciudadanos; el estado capitalista, lo estamos viendo cada día, establece un escudo protector alrededor del capital, que siempre gana; el estado comunista favorece a los endiosados burócratas, los cuales rigen los destinos de la plebe sin cerebro enviándolos a la guerra o al Gulag mientras ellos calientan su cómoda butaca de piel.
- El Estado siempre busca el crecimiento y la expansión en el plano económico, militar, territorial y diplomático. Nunca en tantos milenios de existencia de estos entes se ha dado el caso de que un Estado dijera "hasta aquí hemos llegado, ya tenemos suficiente". En general, cualquier poder siempre quiere una cosa: más poder. Esto, por supuesto, se relaciona estrechamente con el primer punto: la élite a la cual el Estado sirve nunca va a tener suficiente gloria, dinero, fama o poder.
- El Estado es belicoso por naturaleza, lo cual se deriva directamente de los primeros dos puntos. El mantenimiento injusto de los privilegios necesita un aparato coercitivo de puertas para dentro, y la expansión ilimitada necesita un aparato coercitivo de puertas para afuera. Como ya expliqué en otro texto, la función más secundaria de todas las de un ejército estatal es la defensa del territorio frente a un ataque exterior. ¿Cuántas invasiones ha sufrido nunca Estados Unidos (el mayor aparato militar de la historia), y cuántas veces ha atacado a otros países?
- El Estado monopoliza el uso de la violencia. A pesar de ser violento por naturaleza, esta violencia debe encuadrarse dentro de unos límites burocráticos controlables. Las agresiones deben tener un método y ser sistemáticas, y deben estar al servicio de los intereses que defiende el Estado. La fuerza es el último argumento del que dispone y ningún particular debe poseer la capacidad de rebatírselo.
- El Estado destruye el ecosistema, lo cual también se deriva de los dos primeros puntos. Nombradme un solo estado ecologista, si podéis. Como ya estamos más que hartos de saber, y no creo que haga falta volver a explicarlo, el crecimiento ilimitado es antiecológico por naturaleza. Con lo cual la expresión "estado ecológico" sería un oxímoron.
- El Estado siempre busca una justificación ideológica a sus crímenes e injusticias. Esto es importante y diferencia la Estado de otras estructuras de poder como las mafias: cualquier atrocidad que se cometa o cualquier injusticia que se mantenga tiene una base mitológica. Ese mito operacional que justifica al Estado ha variado muchísimo a lo largo de la historia, pero usualmente suele estar apoyado en la religión, la tradición, la inferioridad de los extranjeros o los supuestos valores morales que el Estado dice encarnar. El imperio romano no decía "hemos invadido tal país para robarles las riquezas que legítimamente les pertenecían y dárselas en su mayor parte a los patricios", sino "los bárbaros han sido subyugados para mayor gloria del pueblo de Roma, con la ayuda de los dioses que velan por esta tierra". Estados Unidos no dice "hemos invadido Iraq para controlar una zona rica en petróleo", sino "hemos derrocado a un tirano y ahora intentamos llevar la democracia a esas pobres gentes". Siempre existe algún tipo de excusa que justifica moralmente lo que se hace, nunca se admite abiertamente el crimen aunque esté a la vista de todo el mundo. Eso nos lleva al siguiente punto.
- El Estado quiere que le quieran. Hay algo de lo que tampoco tiene nunca suficiente: amor. Incluso el Estado más tirano de todos ha alentado el patriotismo, ha adoctrinado a sus súbditos en el amor a la bandera y ha hecho resonar el himno nacional en las escuelas. A la mafia le da exactamente igual lo que piensen de ella mientras se haga lo que dice; el Estado tiene su corazoncito. Esto, no hace falta ni decirlo, está originado por el hecho de que es mucho más fácil dominar a la gente cuando controlas sus mentes, siendo el patriotismo la forma más elevada de manipulación interesada. No insistiré más en este punto que es de sobra conocido.
- El Estado siempre dice actuar por el propio bien del pueblo, aunque los esté enviando a la cámara de gas a millones. Cuando Zapatero dinamita ciertos "derechos" (no me gusta esa palabra) de los trabajadores, lo hace para salir de la crisis, por nuestro bien. Cuando Franco masacraba anarquistas, lo hacía para recuperar esa España "una, grande y libre".
- El Estado pretende ser en todo momento la encarnación del pueblo en forma de institución. Otra vez hago un paralelismo con la mafia: sus líderes simplemente manejan un negocio y no representan más que a ellos mismos. Sin embargo, cuando Zapatero habla con Obiang en la Moncloa, en la imaginación colectiva es como si toda España estuviese dialogando con toda Guinea Ecuatorial. No se trata de dos personas cualquiera hablando, sino de dos países hablando; otro de los mitos operacionales que es muy difícil sacar de la cabeza de la gente.
Bien, esto es todo lo que se me ocurre por el momento. Por supuesto, os animo a que expongáis vuestros propios argumentos sobre la naturaleza de ese monstruo insaciable llamado Estado.