El Grito Infinito

llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones

www.rebelion.org

Publicado por Álvaro en el 21.4.08
Como ya he dejado claro, siento un profundo desprecio por los medios de comunicación actuales, en gran parte culpables de la putrefacción intelectual de la Humanidad. Es por eso que para mí la tarea de informarme se convierte en un pequeño problema, dado que no me fío fácilmente de lo que leo; tiendo a desconfiar, como debería hacer cualquier persona. Dejando a un lado la televisión, el más vil de todos los medios, y la radio, a la que no soy nada aficionado (me da dolor de cabeza), sólo me quedan los medios escritos. Bien, en ese caso, descartando los periódicos de ultraderecha, me quedarían El País y Público. El País se está girando hacia la derecha cada vez más (consecuencia lógica de ser una multinacional), y periodistas como Pascual Serrano se encargan de demostrarlo. Público parece que fuera verdaderamente de izquierdas, pero de vez en cuando sale con cada cosa, como este disparate que publicaron al morir el genocida Suharto, o los usuales teletipos sensacionalistas de las agencias sobre Venezuela, que no lo puedo respetar. Además, en su página web censuran comentarios (me ha pasado a mí, comprobado).

Con lo cual, sólo puedo recurrir a los sitios alternativos de noticias en Internet (a los de izquierdas, se entiende). Hace menos de un año descubrí Rebelión y otras páginas similares (Kaos en la Red, por ejemplo), que vienen a tener los mismos contenidos a la larga. Rebelión es la que más me gusta porque la veo más completa, pero vamos, opinión personal.

El problema es... si Rebelión es casi mi única fuente de información, ¿no estaré siendo manipulado también? ¿No estaré siendo demasiado bombardeado por determinadas ideas, que me pueden "lavar el cerebro"? Bien, intentaré responder por qué no:
  • Yo ya estaba de acuerdo con su forma de ver el mundo antes de leer la página asiduamente. No es que su información me invadiera (como hace un telediario), es que yo la busqué a propósito y la seguí leyendo porque me gustaba lo que veía.
  • La página es totalmente aséptica. Es 100% texto plano. No te invade con imágenes impactantes o titulares gordísimos. Uno tiene que esforzarse en leer sus artículos. De nuevo, es uno el que tiene que ir detrás de las conclusiones. No hay lemas, no hay consignas, no hay resúmenes. Como debe ser.
  • Es colaborativa. No hay un jefe que diga qué vale y qué no. La estructura es horizontal. Cualquiera puede enviar un artículo, y si es suficientemente bueno se publicará. Obviamente no aceptan artículos tipo CNN, pro-capitalistas, pero es que yo tampoco quiero leerlos.
  • Totalmente desinteresada. Importantísimo. Quizás lo más importante de todo. ¿Para qué van a querer manipularme, si no sacan un duro con ello? No tienen nada que ganar ni nada que perder. ¡Ni siquiera tienen un mísero anuncio de Google!
  • De la versión "oficial" siempre me entero. Bien sea por la familia o los amigos, bien sea por el ratillo que mis padres tienen puesta la televisión mientras estoy comiendo, al final siempre me entero de cómo van las cosas por "el mundo real". De vez en cuando incluso me meto a la web de Público a cotillear cuando me aburro en el trabajo.
Por todo esto, concluyo que leer Rebelión todos los días es una actividad perfectamente saludable y que, dada la calidad y extensión de sus artículos, fomenta la inteligencia, el espíritu crítico, y... qué coño... un saludable anti-capitalismo de puño en alto, que es lo que nos hace falta.

Euh... visitadla.

Propaganda

Publicado por Álvaro en el 7.4.08
Ayer vi un documental sobre el conflicto Palestino titulado "Internacionales en Palestina". Contaba el funcionamiento de una ONG llamada ISM (International Solidarity Movement), dedicada a "reclutar" voluntarios de todo el mundo para apoyar las manifestaciones pacíficas de los palestinos, consiguiendo así que los israelíes utilicen menos la violencia al encontrarse con ciudadanos normales, y no la escoria mora (ironía).

Bien, pues lo terminé quitando porque me parecía una gilipollez. Déjenme explicarme.

Evidentemente es un acto loable el de dichos voluntarios, y a buen seguro los manifestantes que se libren de las pelotas de goma y los porrazos (cuando no el fuego real) lo agradecerán. Ahora bien, ¿es un acto útil? Yo creo que no. El fin último de la ONG es que los palestinos se manifiesten sin miedo. Pero... ¿de qué sirve eso? Un par de cientos de palestinos se pasean por el muro de la vergüenza con unas pancartas.

¿Qué consiguen? Nada.

Es triste, pero es cierto. El objetivo de una manifestación es dar a conocer un problema. Los únicos que se van a enterar de que ha ocurrido algo son los soldados israelíes, los políticos, y los palestinos e israelíes (esto último con suerte) que vivan cerca de la manifestación. ¿Y bien? Todos los nombrados saben perfectamente que hay un problema, quieran solucionarlo o no.

Ahora bien, pongamos que una cámara graba el suceso. Esas imágenes acabarán o bien en un país musulmán, donde todo el mundo ya apoya la causa palestina, o bien en un documental como el que yo he visto, que únicamente vamos a ver los de siempre, los que nos preocupamos de algo más que de comer, beber, dormir, cagar y follar. Predicando a los conversos.

Es aquí donde llega el núcleo ideológico de la presente entrada, no se pierdan.







Joseph Goebbels
Ministro de Propaganda durante la Alemania nazi




Goebbels fue un auténtico supervillano, una mente criminal propia de un tebeo de Batman. Sin embargo, también fue un visionario y un astuto manejador del papel de los medios en el mundo moderno. Suyas son frases tan certeras como:

"Si dices una gran mentira y la sigues repitiendo, la gente terminará creyéndosela. La mentira puede ser sostenida sólo mientras el Estado pueda aislar a la gente de las consecuencias políticas, económicas y/o militares de la mentira. Por lo tanto, es vitalmente importante para el Estado usar todo su poder para reprimir a los disidentes, puesto que la verdad es el enemigo mortal de la mentira, y por extensión, la verdad es el mayor enemigo del Estado."

La cantidad de verdad que encierra esta cita es abrumadora. Es por ello que, lamentablemente, Goebbels me parece una figura clave para comprender nuestra sociedad.

El enemigo principal del ciudadano son los medios de comunicación. Esto es algo que me obsesiona, quizás el tema que más me obsesiona. La inmensa mayoría de la gente no es consciente de hasta qué punto somos modelados por las noticias y los programas de televisión, hasta qué punto les definen y les confunden. El poder de los Estados y las corporaciones no es nada sin los medios. Es por ello que, lejos de constituir el cuarto poder, en mi opinión los medios de comunicación constituyen el primer poder, aquel fundamental del que dependen los demás.

Los medios modelan y regulan cómo es la sociedad; cuáles son sus intereses, sus preocupaciones, sus miedos, sus anhelos. Hacen y deshacen a su antojo. El pueblo no ha sido educado desde pequeño para escudarse ante la manipulación, todo lo contrario: "cómo no va a ser verdad, si lo han dicho las noticias". "Pues claro que es verdad, ha salido en la tele". La gente no tiene medios intelectuales para percibir la manipulación y aislarse de ella: no les culpo, por tanto.

Los medios mantienen al populacho en calma, tranquilo, sedado, pudriéndole el cerebro con contenido intelectualmente vacuo e ideológicamente inofensivo. Ocasionalmente les alteran con algún asunto que realmente no importe, para que tengan la sensación de que forman parte de una comunidad: violencia de género, terrorismo... temas sin duda chungos, pero que no suponen problemas reales para la inmensa mayoría. La gente discute en los bares durante horas sobre si se debe poner la bandera española en los ayuntamientos vascos, y esto no es casualidad.

Así explicado, podría sonar a teoría de la conspiración. "¿Qué misteriosas manos negras controlan a los periodistas para que manipulen de esta forma al pueblo?". Si usted pregunta esto, también está ciego a la realidad; de nuevo, no le culpo, es normal. La inmensa mayoría de medios de comunicación son propiedad de grandes empresas, algunos de enormes (y realmente quiero decir e-nor-mes) multinacionales, una élite económica que tiene muy claro lo que quiere y a la que no sólo se la sudan las reivindicaciones del pueblo, sino que pretenden aletargarlas a toda costa. "¿Pero y los periodistas normales y corrientes?", podría preguntar usted. Si un periodista deja claro desde el principio que disiente de la línea editorial del periódico (o lo que sea), para empezar ni siquiera será contratado. Si a lo largo de su trayectoria profesional intenta salirse un poco de "línea editorial", a buen seguro caerá el peso de la compañía sobre él, aunque siempre de formas sutiles y por las que no se puede denunciar claramente a la empresa (por ejemplo, despidiéndole al cabo de un tiempo por otra cosa). En realidad, en la práctica los periodistas saben muy bien lo que tienen que escribir para conservar su trabajo y no se salen del tiesto. Y, ojo, en todo momento estoy hablando de los periodistas más honrados y comprometidos; como personas normales que son, la inmensa mayoría simplemente se encuentran aletargados y embobados por el mismo sistema del que forman parte.

Bien, ¿qué tiene esto que ver con la ONG de la que hablaba? Muy sencillo. La primera guerra que tienen que ganar los pueblos es la de los medios. Esto es algo de lo que se suele hablar en círculos altermundistas, pero en mi opinión no con la suficiente intensidad. Creo que éste debería ser el objetivo número uno de los movimientos solidarios, de los movimientos por y para la gente corriente. La fuerza de una manifestación en Palestina es insignificante comparada con el masivo poder de concienciación social que supondría colocar un reportaje sobre esa manifestación en prime-time. ¿Cuándo empezó España a admitir a los homosexuales? Cuando en la tele aparecieron algunos comportándose como (oh herejía) "personas normales". ¿Cuándo empezó España a concienciarse sobre la violencia de género, hasta el punto de que un hombre que pegue a su mujer en la calle puede llevarse una paliza anónima? Cuando a los telediarios y a la prensa del corazón le dio por hablar del asunto machaconamente. ¿Qué es lo que está pasando con el Tíbet? A todo dios le importaba una puta mierda lo que pasase allí, hasta que todas las mañanas nos despertamos con noticias sobre el tema.

El día que medios independientes, sin ánimo de lucro, con una estructura horizontal, consigan colarse en las casas de la gente y les llenen el cerebro de grandes ideas, de escepticismo, les abran los ojos, les traten con respeto e inteligencia, le expliquen las cosas en profundidad y desglosando los matices... entonces todo cambiará. La gente despertará, se levantará de sus sillones-tumba y enarbolará antorchas.

¿Cómo conseguir esto? Bueno, la filosofía de este blog es quejarse de todo sin aportar soluciones a nada, así que aquí termina esta entrada. Lo único que tengo claro es que los medios (actuales, no los medios per se) son el peor enemigo de la Humanidad y deberían constituir el principal objetivo de los movimientos sociales.

Fitter Happier

Publicado por Álvaro en , el 1.4.08
Más en forma, más feliz, más productivo,
cómodo,
no bebiendo demasiado,
haciendo ejercicio regular en el gimnasio
(tres veces a la semana),
llevándote bien con tus actuales compañeros de empresa,
a gusto,
comiendo bien
(basta de cenas de microondas y grasas saturadas),
un conductor paciente, mejor,
un coche más seguro
(un bebé sonriendo en el asiento trasero),
durmiendo bien (sin pesadillas),
sin paranoia,
bueno con los animales (sin tirar arañas por el retrete),
manteniéndote en contacto con los viejos amigos
(disfruta una copa ahora y siempre),
frecuentemente comprobando el saldo en el banco (moral) (cuchitril),
favores por favores,
encariñado pero no enamorado,
la caridad en regla,
los domingos supermercado junto a la autopista (sin matar polillas o verter agua hirviendo sobre hormigas),
lavando el coche (también los domingos),
nunca más temeroso de la oscuridad o las sombras del mediodía,
nada tan ridículamente adolescente y desesperado,
nada tan infantil,
a un mejor paso,
más lento y más calculado,
sin posibilidad de escape,
ahora autoempleado,
preocupado (pero impotente),
un poderoso e informado miembro de la sociedad
(pragmatismo, no idealismo),
no llorará en público,
menos probabilidad de enfermedades,
neumáticos que se agarran sobre húmedo
(imagen de bebé atado en el asiento trasero),
una buena memoria,
todavía llora con una buena película,
todavía besa con saliva,
nunca más vacío y desesperado
como un gato
atado a un palo,
que es conducido hacia una mierda de invierno congelado
(la habilidad de reír ante la debilidad),

en calma,

en forma,

más sano y más productivo,


un cerdo


en una jaula




puesto de antibióticos.



RADIOHEAD - Fitter Happier [1997]



(De fondo suena: "Ésta es la Oficina del Pánico, la sección 9-17 puede haber sido dañada. Activen el siguiente procedimiento.")